lunes, 28 de septiembre de 2009

Perfume


Mis labios aún huelen a ti.

Pero no te sientas especial,
es común que a quien beso así me deje ese olor en los labios.

Un olor que de tan intimo, es sucio
sucio y excitante
suave y penetrante.

Sí, me encanta oler así
Es una prueba de que tu placer fue mío
De que tuve el poder completo sobre lo que sentías:
Si inhalabas o exhalabas
Si suspirabas o te retorcías
Si temblabas o te pasmabas.

Ese aroma en los labios es un testigo
Fidedigno y leal, de que gracias a mí
Lograste sentir cosquillas únicas
Provocadas por mi inquieta lengua,
Que hambrienta de lujuria se retorcía dentro de ti
Humedeciéndote, suavizándote
Abriéndote por completo
Haciéndote, sólo por un momento, de mi propiedad
Aunque realmente no lo hayas sido y nunca lo vuelvas a ser.

Ahora mi nariz es la beneficiaria de tus gemidos
Y mi boca la anfitriona de los frutos de tu carne
Mis manos aún sienten tu piel trémula erizarse a cada lamida que te di.

Casi puedo sentir como mi saliva aún recorre tu interior
Gustosa por lubricarte de manera recóndita.

Sabes, volviendo al hecho de que no eres especial:
Efectivamente, no lo eres, solo eres un numero más
Un agujero nuevo en mi cinturón.

No eres tú quien me gusta, ni tu olor
Si no el perfume que me deja dar estos besos.

Kukl. Septiembre de 2009
Fotografía por Marilyn Minter